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Cine dentro del cine, Drama, Romántico

TIERRA BAJA

 Película de Miguel Santesmases, España, 2024

Crítica de Véronique Gille, traducción adaptada

Dirección: Miguel Santesmases
Guion:
Ángeles González-Sinde, Miguel Santesmases
Director de Fotografía: Alberto Pareja
Música: Alejandro Román
Reparto: Aitana Sánchez-Gijón, Pere Arquillué, Itziar Miranda, Javier Guzmán, Lydia Vera, Sonia Bel, Mariano Anós y Gema Burgués

Nacionalidad: España
Duración: 97 minutos

Genero: Drama

A través de una sencilla historia de amor, el director Miguel Santesmases consigue provocar un sentimiento de empatía en el espectador. Nos puede conmover el personaje femenino, Carmen, una reconocida guionista que ha decidido dejar Madrid para vivir en un cortijo aislado, heredado de su abuela cuya propiedad y campos de olivos quiere rentabilizar. Pocos personajes la rodean, una amiga, una prima y un manitas. La puesta en marcha de la película es lenta, pero el espectador comprende rápidamente la intención del cineasta: definir la creación artística mediante una puesta en abismo en su película.

     Sin duda, el director entendió que nunca se escucha mejor el cine que cuando habla en voz baja -la película es de una sobriedad ejemplar y una discreción a flor de piel- y que el sufrimiento nunca se siente más sólo cuando los personajes, Carmen y Eduardo, muy bien interpretados por Aitana Sánchez -Gijón y Pere Arquillué, se resisten a exponerlo. Con moderación y un toque de humor, el cineasta también retrata la soledad de dos seres que alguna vez estuvieron unidos. Entre el realismo – es preciosa la fotografía de los paisajes de Teruel realizada por Alberto Pareja– y el simbolismo, asistimos a un drama humano llevado por la interpretación de los dos actores principales.

     Es el agradable retrato de una pareja cuyos miembros no pueden olvidarse. También es una historia con un sabor amargo como el de una separación y un sabor fuerte como el de un regreso. Sin embargo, la película no cae en el discurso simplista y pregonero ni en la visión maniquea. La historia a veces es conmovedora, acertadamente arrullada por la suave música minimalista de Alejandro Román, porque el amor trasciende la muerte injusta y deja apetito de optimismo. El sutil escenario con sus palabras no dichas es una auténtica metáfora de la creación artística, aquí la de un escenario cinematográfico a través de una actriz con una actuación llena de intensidad. Los buenos sentimientos podrían amenazar constantemente con socavar esta ficción. Pero la eficacia de su mensaje y la sinceridad acaban superando estas reservas.

     Es una película despojada, pero también salpicada de escenas que retratan las costumbres del campo turolense (el cultivo del olivo, el mercado, la tienda de ultramarinos del pueblo, la ayuda mutua y la solidaridad entre los habitantes, etc.) y esta mezcla la hace atractiva. Las imágenes son a veces demasiado sumisas a la búsqueda de la estética, pero esta ambientación tampoco vela a los personajes. Ciertamente, la película puede tomarse como una oda a la naturaleza, a la vida sencilla y auténtica, pero precisamente la naturaleza auténtica es quizás la guía necesaria para que Carmen y Eduardo se den cuenta finalmente de su verdadero y auténtico apego el uno por el otro.

      Tierra baja ofrece dos lecturas superpuestas del escenario, por un lado la del presente de Carmen y por el otro, la que el cineasta ha decidido para el espectador, de ahí una impresión de confusión propia de la creación principiante. Carmen es así la mediadora entre realidad y ficción, ambigua e introspectiva, porque esta situación de todo poder del personaje en la historia le permite alterarla tal como puede hacerlo un cineasta en la realización de su película. La relación sentimental entre Eduardo y Carmen permite a esta última empezar a escribir su guión. De amante pasa a ser constructora de una ficción, metáfora de la creación.

      El interés de la película radica en que al principio el espectador no sabe que está en un proceso de re-creación de un pasado que siempre está presente. Los recuerdos desencadenan una nostalgia que rompe el tiempo y la película se vuelve entonces universal porque todos pueden reconocerse en ella. Tierra baja es una película suave, ligera e íntima que se desarrolla bajo un cielo azul profundo que se traga el dolor de un hermoso amor interrumpido.  

Para ver la versión en francés pulsar aquí.

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