Película de Julien COLONNA, Francia, 2024
Proyectado en el OHLALÀ, FESTIVAL DE CINE FRANCÓFONO DE BARCELONA, 27 de noviembre a 3 de diciembre de 2024
Crítica de Véronique GILLE, traducción adaptada
Duración: 108 min.
Año: 2024
País: Francia
Dirección: Julien Colonna
Guion: Julien Colonna, Jeanne Herry
Música: Audrey Ismael
Fotografía: Antoine Cormier
Reparto: Anthony Morganti, Andrea Cossu, Frédéric Poggi, Ghjuvanna Benedetti, Saveriu Santucci, Frederic Poggi, Eric Ettori, Régis Gomez, Thomas Bronzini, Marie Murcia, Pascale Mariani
Género: Drama. Familia. Thriller.
Es un legado de violencia, código de honor y vendetta que Julien Colonna presenta en su última película, El Reino. El cineasta parte de la reconstrucción histórica para dar paso a la evocación recreada del clima de una época. El problema de la película es que parece dudar entre cine de acción, cine de gánsteres, documental y cine social. De entrada resulta difícil detectar su alcance y saber qué pretende mostrar o demostrar este largometraje. La primera parte es un fracaso. Aparte de algunos espasmos de acción seca, la historia está más formada por huecos que por plenos. La vida clandestina de su protagonista suele verse reflejada en planos estáticos que restan sinceridad al tema.

La película narra el viaje de un mafioso corso cuya lucha es dudosa: entre la verdad del documento y una cierta heroización de un padre fuera de la ley, la película tiene un lado sentencioso que ya se encuentra en el título. ¿Qué es este reino? ¿Quién es el rey? La respuesta a la primera pregunta la obtenemos durante la película en una de las raras escenas íntimas entre el padre y su hija, Lesia. La infancia de Julien Colonna, hijo de Jean-Jérôme Colonna, padrino de la mafia corsa, es sin duda una fuente de inspiración para el argumento de la película. Pero también es cierto que este largometraje transforma la violencia criminal en Córcega en una tragedia íntima y familiar, porque es una película personal que pretende quizás explorar el lugar de los niños en esta gangrena de violencia.


La ambición por ser un trágico fresco de la película es loable, pero su narración resulta indigente y desigual. Al estar vinculado el tema con el crimen organizado, sabemos que no podemos escapar al riesgo de una muerte brutal. Sin embargo, una de las cualidades de la película es estar anclada en la realidad corsa, sus paisajes, su luz, sus tradiciones, sus desviaciones sociales, su lenguaje y sus acentos. Entre la vida clandestina, los ataques y asesinatos, las muertes y la descripción de un microcosmos violento, la película no da mucho que pensar. Y a veces, nos sentimos un poco perdidos en la historia como su heroína, Lesia, abrumada por los constantes cambios y las cosas que no se dicen. Muchas secuencias se prolongan y desvían en informaciones que no ocultan que la puesta en escena del aspecto criminal carece de nervio.
Se nota una cierta complacencia hacia este mafioso perseguido y rodeado de sus gangsteres que se puede entender por el sentimiento filial del director, pero aceptar esta complacencia es otra cosa. Además, la actuación incierta de los actores -a menudo no profesionales- y la ausencia de personajes simpáticos nos dejan al margen de la película. Sin duda, la intención del cineasta no es filmar una crítica realista, ni siquiera naturalista, de Córcega, sino al menos levantar el velo sobre la violencia que azota su región natal desde hace décadas. El proyecto era prometedor, pero no cumplió sus promesas, porque en la película de Julien Colonna falta la dimensión psicológica. Excluye la exploración de la complejidad de las relaciones humanas y tiende a reducir la psique de los protagonistas.


Padre e hija aparecen en casi todas las tomas, eclipsando en gran parte a todos los demás personajes. Pero su personalidad y carácter no están suficientemente definidos. La omertá presente en la película se ve reforzada por demasiadas secuencias de gritos, asesinatos, tensiones y pocas escenas íntimas necesarias para desarrollar suficientemente a los personajes. Hay aún menos reflexión psicológica y filosófica relevante para hacer del film una película social. Esta película pinta el retrato de un criminal y lo eleva por encima de su destino, aunque la obra encuentra más aliento en su segunda parte, también hay que decirlo. La película no logra ser cinematográficamente interesante y parece más una película para televisión que vale la pena ver. Triste polifonía. Balance aburrido.
Para ver la versión en francés pulsar aquí.
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