Película de Saulé BLIUVAITÉ, Lituania, 2024
Crítica de Véronique Gille, traducción adaptada
Duración: 99 min.
Año: 2024
País: Lituania
Dirección: Saulė Bliuvaitė
Guion: Saulė Bliuvaitė
Música: Gediminas Jakubka
Fotografía: Vytautas Katkus
Reparto: Egle Gabrenaite, Vesta Matulyte, Ieva Rupeikaite, Giedrius Savickas
Género: Drama. Adolescencia
Esta película es completamente… tóxica. La fealdad hace su cine. Sórdido, oscuro, superficial como el mundo que dice describir. Todo es feo, todo es malo. Una visión de desesperación desesperada. Pero también todo es limitado, casi caricaturizado. No hay escapatoria. Es sobre todo una película sobre la soledad, la de los adolescentes arrojados entre padres alcohólicos y resignados que abandonan y transforman a sus hijos en productos.

Pero, lamentablemente, la película carece de sutileza y utiliza un hiperrealismo inexplicado y, en última instancia, gratuito. La prostitución, el machismo, la violencia contra el cuerpo y la mente, todos los clichés del mundo de la moda obstruyen escenas a veces ilegibles con una fotografía penosa con tintes azulados, verduscos, amarillentos, apenas rosáceos. La obra también carece de ritmo a pesar de algunas secuencias que descansan, rápidamente envueltas en un velo pseudo poético.

Su escritura no es muy rigurosa y la historia, ya narrada muchas veces en otras películas y documentales, resulta poco cautivadora. Por lo tanto, no hay mucho que recordar de esta historia ahora banal que deprime. Es tan fluido como una (muy) mala publicidad y es terrible que consiga ser todo lo contrario de lo que quiere ser. En cuanto a la puesta en escena, la película está ahogada en escenas largas, silenciosas y vacías. Y planos feos, muy feos. La cineasta parece esforzarse por encontrar efectos cinematográficos que hagan que la película sea rimbombante.

Muchos elementos están repetidos, subrayados e incluso resaltados. Los flujos musicales atraviesan la película sin transición y abruman con lo que esta música quisiera sugerir en términos de emoción. Una estética, pues, totalmente artificial. El montaje y la puesta en escena son insoportables con estos movimientos artificiales -que algunos podrán quizás considerar brillantes- y estas panorámicas innecesarias. Parece que esta crónica de realismo social sigue en una demostración de fuerza con el foco puesto en adultos y adolescentes filmados como puerros. Una película rápidamente olvidada.


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