Película de Gala Gracia, España, 2025
Crítica de Véronique Gille, traducción adaptada
Duración: 91 min.
Año: 2025
País: España
Dirección: Gala Gracia
Guion: Gala Gracia
Fotografía: Michele Paradisi Reparto: Laia Manzanares, Àngela Cervantes, Rui de Carvalho, Anna Tenta, Ignacio Olivar, Natalia Risueño
Música: Xavier Capellas
Género: Drama. Familia. Vida rural.
Lo que queda de ti cuenta la historia del apego de Sara, una joven pianista en ciernes que vive en Nueva York, a su tierra pirenaica y a la granja donde vivió hasta la adolescencia. La repentina muerte de su padre la convierte en heredera junto a su hermana Elena, quien nunca ha abandonado sus raíces. Las dos hermanas tienen diferentes puntos de vista sobre el futuro de este legado inesperado. ¿Vender o seguir administrando la tierra y su rebaño de ovejas? Este drama rural es una ficción poco emocionante porque demasiadas secuencias son repetitivas, como si estuvieran destinadas a llenar los «campos» vacíos de la película. Entre un sueño de tierra y campo, partos de ovejas filmados, algunos breves momentos de música, a este largometraje le cuesta abrirse camino en el fresco cinematográfico de la ruralidad española.


Ciertamente, en sus mejores -y raros- momentos, la película toma la forma de una despedida del campo español con sus escenas realistas. Pero en un tema de actualidad, la cineasta se limita a observar el comportamiento de Sara, la heroína. Y su mirada, aunque a menudo con forzada empatía, puede valer un grito de ira. A través de Sara, Gala Gracia cultiva un homenaje a los valores campesinos y al mundo de la ganadería. ¿Quería significar el derrumbe de un mundo? Es realmente muy difícil juzgar porque esta vida rural está descrita a grandes rasgos. La verdad en el cine llega más fácilmente a través de la metamorfosis de la realidad que a través de su imitación, que a menudo da lugar a improbabilidades. Rara vez nos dejamos arrastrar a las angustias de esta joven agricultora improvisada, aplastada por el peso de la vida cotidiana y, en cierto modo, por la negación.


La película no ofrece una reflexión moral concluyente sobre su propio tema. En este sentido, no se aleja de los caminos trillados, mostrando las dificultades de una profesión absorbente y rutinaria, siguiendo los pasos de su protagonista atrapada en una espiral que encarna un sacerdocio que rápidamente puede convertirse en un infierno. Asimismo, no explora suficientemente los misterios más interesantes de las mentes de las dos hermanas enfrentadas al dilema, aunque en las miradas y las palabras no dichas de los personajes aflora por momentos cierta sensibilidad. El problema de la película es que, al mezclar drama social y drama psicológico, decepciona en ambos aspectos, uno debilitando al otro en lugar de mejorarlo. La razón de ello no es tanto la simpleza del escenario como la falta de audacia de una realización que resulta tediosamente obediente.


Precisamente, el aspecto social de la película está descrito de forma demasiado esquemática a través de personajes reducidos a segundones estereotipados de la protagonista en escenas irrelevantes como el imperdible baile campestre. La película, sin embargo, casi da un vuelco cuando la ansiedad se apodera de Sara de forma obsesiva, pero una vez más el espectador se queda con ganas de más. La directora se dirige entonces hacia el cine de género, pero con falta de aliento para involucrarse con franqueza y la reconstrucción de rituales agrícolas marca la película en el marco inevitable del semidocumental. Imágenes de paisajes como bellos bodegones, una atmósfera a veces soleada mezclada con una luz a veces nocturna, todo lo cual permanece artificial. La película puede ser visualmente resplandeciente, ¡pero qué aburrida!


Lo que queda de ti – Crítica_ versión en francés
Película ganadora del brote a mejor largometraje en el Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canaria.
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