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Acción, Drama, Suspense, Thriller

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE (crítica)

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE, película de Giordano Gederlini, 2022

                                                         Traducción adaptada de Véronique  Gille

Duración: 96 min.

Año: 2022
País: España
Dirección: Giordano Gederlini
Guion: Giordano Gederlini
Música: Laurent Garnier
Fotografía: Christophe Nuyens
Reparto: Antonio de la Torre, Marine Vacth, Olivier Gourmet, Tibo Vandenborre, Fabrice Adde, Nessbeal, Alexandre Bouyer, Lila Jonas, Marie Papillon, Noé Englebert, Christophe Seureau, Vadiel Gonzalez Lardued, Wim Willaert
Género:
Thriller. Drama. Thriller psicológico

Clasicismo, sobriedad y actuaciones a menudo impregnadas de agudeza, “Entre la vida y la muerte” es una película policiaca hiperrealista, eficaz y cautivadora que puede sorprender por su credibilidad inmediata del ámbito que muestra. En su conjunto la trama es sólida, aunque a veces los diálogos resultan débiles, hasta un tanto televisivos. Esta película podría representar sin dificultad alguna el cine popular de calidad que no siempre se anda con florituras, pero que da en el blanco.

Sin embargo el hilo principal se alarga conforme va avanzando el film, hasta perder su coherencia en la conclusión, pero no deja de ser cierto que “Entre la vida y la muerte” queda como un buen thriller. Es una película tensa con giros inesperados y que a veces rozan lo ridículo, pero es un buen trabajo porque dibuja retratos interesantes de personajes cuyas vidas se entremezclan, aunque no siempre se juntan a pesar de su filiación. El personaje de Leo Castaneda –magistralmente interpretado por Antonio de la Torre– emparedado en la soledad de una vida impuesta es un ejemplo significativo de ello.

La película está repleta de la atmósfera que realza la música de Laurent Garnier como las sombras y luces vienen a marcar un rostro, ennegrecer una mirada con lágrimas de sangre. Numerosos primerísimos planos confieren una dimensión trágica y exudan la humanidad de los personajes. Se trata de una ficción sin concesión, pero también sin matices arropada por una luz crepuscular a fin de reflejar más la negrura de los pensamientos y esa rabia muchas veces enarbolada por los personajes (antes que nada Leo y Virginie), mientras otros quedan a la zaga: Olivier Gourmet –cuyo gran talento está desafortunadamente infrautilizado en el film-, el comisario hubiera merecido ser tratado con más trascendencia.

La vida subterránea de Leo, conductor de metro, se ve a la luz de la vida que debe llevar en el exilio en la capital belga, Bruselas, filmada bajo un hermoso ángulo, acogedor y sencillo. En esta ciudad, Leo el exiliado español y el voceador silencioso en su bicicleta, no deja de agradecerles con sobriedad a las personas con quienes se cruza… como para no tener que combatirlas y acepta contestar a los interrogatorios de Virginie, la joven inspectora que está encargada de la investigación  sobre el suicidio de Hugo, el hijo de Leo. Marine Vacth ha abandonado los personajes de ninfa emocionada y perniciosa, sustituyéndolos en la película por un personaje sombrío, rabioso, determinado, entero de modo persuasivo y que resulta ser un descubrimiento sorprendente.

Algunos personajes –quizás demasiado numerosos- se mantienen en la sombra, pero los momentos de suspense nutren el entretenimiento… y no nos preocupemos por las incoherencias, no nos preocupemos por la superficialidad de algunos personajes, la película tiene sus momentos de bravura, tiene sus momentos de humor y le permite al espectador pasar un buen rato en medio de secuencias tal vez ya vistas, pero siempre agradables de ver con lifting y renovadas.

Para ver versión en francés pulsar aquí.

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