Cine actual: estrenos, recomendaciones y festivales.

Drama, Suspense, Thriller

LA SOSPECHA DE SOFÍA

Película de Imanol URIBE, España, 2025

Crítica de Véronique Gille, traducción adaptada

Duración: 100 min.

Año: 2025
País:  España
Dirección:  Imanol Uribe
Guion:
Gemma Ventura, Tirso Calero. Novela: Paloma Sánchez-Garnica Música: Martina Eisenreich

Reparto: Álex González, Aura Garrido, Zoe Stein, Irina Bravo, Yaiza Guimare, Stefan Weinert, Daniel Kovacs, Carla Pastor, Ernesto Collado, Arturo Martínez, Carmen Molinar, Claudia Taboada,
Género:   Suspense. Thriller. Drama. Espionaje. Años 60. Guerra Fría

     En la nueva película de Imanol Uribe hay algo afectado, algo forzado. Además, ¿cómo adaptar al cine una historia como esta, la escrita por Paloma Sánchez-Garnica en su novela homónima, sin distorsionarla, sin traicionarla? Digámoslo sin rodeos: la película provoca una incomodidad palpable: no solo la puesta en escena de la Guerra Fría es difícil de soportar, tan caricaturizada y, por lo tanto, poco creíble, sino que ¿qué espectador quiere realmente compartir las sospechas de Sofía, quien se supone que es la protagonista de la película y que en realidad no lo es? ¿No es demasiado cargada la interpretación de Aura Garrido como Sofía? La fuerza dramática de este largometraje es, por desgracia, muy desigual.

     Su fuerza emocional, que a veces roza el sentimentalismo, oscurece el argumento histórico y humano fundamental: ¿cómo es posible reconstruir una familia tras su destrucción debido a las devastadoras políticas coercitivas? Es innegable la preocupación del director por el realismo al recrear la atmósfera de la RDA en los años sesenta, pero en ciertas escenas roza la impropiedad. Es más, la película sorprende por la multitud de temas que aborda: el secretismo, el espionaje, el colaboracionismo, la dictadura de derecha o izquierda, la fraternidad, la traición, el amor, la relación entre el hombre y la mujer, el miedo, la confianza…, la mayoría de los cuales se tratan de forma discontinua, pero es cierto que guardan una relación directa con la situación política e histórica.

      Pues Las sospechas de Sofía, un melodrama donde los haya, es sobre todo la historia de una familia dividida entre dos mundos opuestos política y socialmente. El título en sí mismo sorprende porque la supuesta protagonista, Sofía, no ocupa su lugar en la película como este parecía sugerir y a menudo permanece fuera de escena. El personaje es la representación de la vida cotidiana de las mujeres bajo el franquismo, una vida repetitiva de gestos simples, y de la inconmensurable distancia que separa la condición femenina de la masculina, como si Sofía no tuviera otra función que la de ser un peón en el telón de fondo. Una esposa convencional con gestos convencionales en su rol de madre obligada que, así, paga las horas y horas de libertad de Daniel, su esposo igualmente convencional en aquella época oscurantista.

     Aunque, hay que admitirlo, no nos apasiona mucho la historia de los dos hermanos y la candidez ligeramente simplona de Sofía, en cambio celebramos la actuación de Álex González, quien interpreta sus dos papeles con convicción (quizás más en uno que en el otro). A otros personajes, la difícil pronunciación del español los hace caricaturizados y poco convincentes en su papel de personajes opresivos. Sin embargo, no se trata de reducir esta interpretación a una pronunciación difícil: el problema es que no hace que la actuación sea instintiva ni natural. Algunos actores no parecen estar a la altura de sus papeles.

     Asimismo, los giros argumentales abusan de los efectos dramáticos, lo que perjudica el tema de la Guerra Fría (las escenas con los miembros de la Stasi son particularmente torpes), y los últimos veinte minutos de la película se hacen interminables. El destino de Klaus, el hermano de Daniel, es expiar la elección imposible que tuvo que hacer para salvar a parte de su familia reemplazándola por otra elección definitiva, última: podemos creerlo y comprenderlo, pero cuando Hanna (la ex esposa de Klaus) reaparece inesperadamente, hay una especie de shock. Parecemos pasar de la tragedia a una cierta futilidad. No solo estamos perdidos porque ya no sabemos cuál es el verdadero tema de la película, sino que nos sentimos traicionados porque teníamos un tema fuerte aquí: las devastadoras consecuencias de la Guerra Fría, y en el que deberíamos habernos quedado. Si, al menos, siempre nos hubiéramos centrado en la historia de la pareja Daniel-Sofia, el vínculo quizás habría sido más obvio y más equilibrado en términos del título y la película en su conjunto.

     Imanol Uribe no cuenta una historia completa, sino fragmentos de ella que, en su antología de escenas, no siempre tienen sentido en conjunto. ¿Por qué no, partiendo de los fundamentos narrativos de la novela, crear una obra que habría sido suya y probablemente más interesante? Muchas de las escenas finales no son más que pretextos donde los personajes aparecen como marionetas con expresiones fijas. A veces se acerca al cine sentimental, con emociones acarameladas que se revuelcan en efectos quejumbrosos. Una película tiene el poder de ser grandiosa cuando hay coherencia general, y en este caso, Imanol Uribe no la ha encontrado.

LA SOSPECHA DE SOFÍA – Crítica_ versión en francés

Dejar una respuesta