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Drama

ORPA

Película de Théo RUMANSARA, Indonesia, 2022

                                               Crítica de Véronique Gille, traducción adaptada

Duración: 101 min.

Año: 2023
País: Indonesia
Dirección: Theogracia Rumansara
Guion: Theogracia Rumansara

Música: Rizky Argadipraja, Harsya Wahono

Fotografía: Fahmy J. Saad
Reparto: 
Orsila Murib, Michael Kho, Otiana Murib, Arnold Kobogau
Género: Drama.

El cumpleaños número 16 de la protagonista, Orpa, una joven que vive en un remoto pueblo de Papúa, marcará la muerte de su futuro en esta campiña indonesa. Un lugar donde los hombres tribales vestidos con taparrabos siguen persiguiendo a los supuestos asesinos con sus lanzas y sus armas, con sus gritos de guerra y donde un cerdo compensa la muerte de un miembro de la tribu. Orpa celebra su decimosexto cumpleaños, edad de elección de su futuro marido por parte de su padre, personaje intolerante y garante de las tradiciones ancestrales de la tribu (“Tú eres sólo una mujer”, le espeta a su esposa). Orpa celebra su decimosexto cumpleaños, la edad para tomar decisiones sobre su futuro como prometedora estudiante de biología. Es el fin de su adolescencia sabe lo que quiere y, sobre todo, lo que no quiere. La trama de la película radica en este dilema al que se enfrenta Orpa. ¿Cruzará las puertas de la ciudad de Wamena, donde seguirá estudiando las plantas y sus virtudes medicinales o aceptará las leyes de una sociedad patriarcal que le impondrá un matrimonio no elegido donde servirá hasta el final de su vida a un hombre ya casado y rico?

Orpa no tiene alma de sirvienta y no puede aceptar su sacrificio en el altar de la tradición. Su futuro es tan incierto como la certeza de su deseo de acceder a la educación superior. Desde las primeras secuencias, los espectadores se sumergen en la intimidad de Orpa, que está “preparada” para acoger y conocer a un marido impuesto por la elección del padre. La gentileza de la joven y la lentitud del ritmo ocultan la profunda determinación de Orpa. La película confirma que esta historia es la de Orpa, una historia vista a través de sus ojos. Su mirada dicta la construcción de la película, de ahí las transiciones abruptas y a veces secas. Pocos colores iluminan la pantalla, porque las escenas nocturnas ocupan tanto espacio como las diurnas. Por lo tanto, la fotografía supuestamente realizada con luz natural tiene límites en términos de color -aunque el verde es omnipresente- y la imagen suele ser suave.

Es una historia ilustrada con sencillez, quizás algunos pensarán de forma simplista. Pero el proyecto cinematográfico es respetable gracias a su temática. La joven actriz Orsila Murib recorre con delicadeza el escenario de la selva y su río, llevando la película con fuerza y ​​esperanza. Orpa es la esperanza de una voz, la de las jóvenes de Papúa sujetas a la tradición y al sacrificio ancestral. La película es modesta a la imagen de su personaje principal, en la que se injerta un personaje masculino, Ryan, el habitante de la ciudad, perdido en este mundo abrupto e inesperado. Los dos personajes buscan descubrimientos, medicinales la primera y sonoros el segundo, en esta jungla que parece protegerlos. Orpa y Ryan no se dejan desestabilizar por sus  costumbres diferentes y las aceptan mientras las cuestionan, lo que hace de la película una obra suavemente reivindicativa que flota en la memoria del espectador.

El director elige actuar en armonía y sobriedad con la protagonista sobre un tema que, sin embargo, tiene potencial dramático: el sacrificio de Orpa. La película puede parecer aburrida, pero también tiene un lado salvaje atractivo. Las dudas y obligaciones de Orpa se representan sin adornos, simplemente como puede ser la vida. La importancia del vínculo con los elementos terrenales -agua, plantas, los sonidos de la selva- mantiene la estabilidad del carácter de Orpa, constante en su ambición, su amor lleno de respeto a su familia y su apego al catolicismo, muy presente en el film. Orpa es realismo, inocencia, despreocupación, combatividad. Ryan y Orpa se educan mutuamente tal como la joven educa a su madre en una tensa escena de discusión entre las dos, mientras Orpa está convencida de que su destino no es su destino, casi en la línea de la tragedia. La madre está preocupada por su hija, pero ¿quién es realmente la que no quiere ver el problema?

El cineasta nos ofrece una historia iniciática no exenta de tristeza, pero que tampoco tiene una verdadera dimensión documental, debida sobre todo a ciertas escenas esquemáticas, crudas o duras. Pero al menos Théo Rumansara intenta describir con ternura y empatía, evitando el didactismo de la presentación sobre el buen o el mal salvaje, el viaje de su entrañable heroína, empujada a abandonar su mundo original para finalmente crecer y vivir. También bien servidos por una agradable banda sonora, los constantes sonidos de la jungla que rodean a Orpa y Ryan alimentan la melodía de las tradiciones que se burlan de los sueños de las jóvenes de Papúa – y de otros lugares – y donde su dolor cuenta hasta qué punto no hay paraíso excepto el perdido.

Para ver la versión en francés pulsar aquí.

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