Película de Samantha López, España, 2025
Crítica de Véronique Gille, traducción adaptada
Duración: 112 min.
Año: 2025
País: España
Dirección: Samantha López Speranza
Guion: Carlos del Hoyo, Irene Bohoyo
Fotografía: David Azcano Música: Vanessa Garde
Reparto: Ernesto Alterio, Pilar Castro, Jan Buxaderas, Lucía Caraballo, Sergio Abelaira, Leire Aguilar, María Esteve, Alberto San Juan, Guillermo Toledo, Secun De La Rosa, Natalia Verbeke, Lucas Velasco, Mamen García, Yago Moreno, Natalia Diaz, Abril Zamora
Género: Comedia. Musical. Secuela
Esta película es un ballet amoroso con múltiples facetas. Pero ninguna resulta interesante. Es pésima, absolutamente pésima. La película es puramente descriptiva, y aunque se presente como una comedia, quizás lo sea, pero no hay ni un solo momento gracioso. Carece de ritmo, entusiasmo, convicción y alegría. Por momentos, los actores son tan expresivos como señales de tráfico. Esta supuesta comedia está dominada por una iluminación nocturna saturada. Algunos podrían verla también como una película colorida y deliberadamente kitsch. Deliberadamente kitsch y fea.
El rodaje tuvo lugar en un decorado de cartón, lo que le dio un aire teatral a esta farsa de pacotilla de enredos amorosos. La trama rápidamente se hunde en el absurdo y la incoherencia superficial, cuyo espectáculo resulta evidente y carece de profundidad. Tras quince minutos, cronómetro en mano, la dirección lo ha dado todo, es decir, nada. Todas las historias de amor se ven frustradas, pero la (excesivamente) larga película celebra el amor y sus múltiples configuraciones románticas. En resumen, es una película al estilo de un estreno navideño de Disney.
Además, el musical es un género implacable. Es fácil imaginar que requiere destreza técnica en canto, baile, manejo de cámara… Y aquí, todo se siente artificial. Sobre todo, todos actúan mal, cantan mal, bailan mal y la directora filma mal. El problema radica en la puesta en escena. Esta película es como un programa de televisión que solíamos soportar los sábados por la noche o en Nochebuena. Usan luces intermitentes para aislar a la cantante o bailarina, al cantante o bailarín, a quienes se supone que debemos ver. Es estorboso y resulta inflexible. No hay mucho espacio.
En resumidas cuentas, esta película es una mala idea.
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