Película de Maja Ajmia Yde Zellama, Bélgica, 2025
Crítica de Véronique Gille, traducción adaptada
Duración: 84 min.
Año: 2025
País: Bélgica
Dirección: Maja Ajmia Yde Zellama
Guion: Maja Ajmia Yde Zellama
Fotografía: Grimm Vandekerckhove
Reparto: Safa Gharbaoui, Mounir Amamra, Lotte Diependaele, Adnane El Haruati, Safa Gharbaoui, Mehdi Soufiane, Saber Tabi, Mohamed Ben Yadir
Género: Drama. Familia. Infancia.
En nombre de un cine reivindicado intimista y emotivo, pero aquí pesado, torpe y adornado de un espíritu falso con sus efectos sostenidos hasta el artificio, la directora y los intérpretes no logran emocionar en absoluto. Además, la cineasta parece abstenerse del esfuerzo de dirigir. Y es una pena porque esfuerzo y fácil aproximación no son incompatibles.
Una de cada dos escenas transcurre vacía, lo que significa que nos aburrimos durante al menos tres cuartos de hora. Y, sin embargo, la película podría haber sido un terreno fértil para la versatilidad de las emociones que se sienten cuando un duelo se sumerge en el abismo del dolor. Aburrimiento y más aburrimiento.
De hecho, el escenario es pobre, incluso inexistente, y las imágenes son banalmente ilustrativas. Sin personajes reales, una historia de pretexto (¿pero para qué?). Ya no nos conmovemos cuando vuelve a surgir la misma o casi la misma escena. Es, por tanto, una película floja y la impresión que surge es que sólo apunta a la cineasta, a su mediocridad, a su vacío creativo.
Fue una película que desgraciadamente se parece mucho a una chapuza en estas condiciones, con escenas dispersas y difíciles de encajar en un largometraje ya que agota muy rápidamente el universo descrito. Una vez bosquejada la introducción a este universo, las secuencias comienzan a repetirse y carecen de ritmo, dejando al espectador con una gran decepción. Realmente muy grande.
Vista en D’A : Festival Internacional de Cinema d’Autor de Barcelona
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