Agustín y el Mundo – Premio Vinaròs en Curt Felipe Osanz 2021 – 15ª Edición

Se trata de un documental vitalista, colorido, personal, sorprendente y sincero, entre muchas otras cualidades. Un álbum fotográfico animado de montaje impecable y con imágenes que sorprenden por su belleza. Se percibe un gran trabajo de fondo más allá del propio valor como material audiovisual de entretenimiento y reflexión.

El protagonista, de Vinaròs, realiza un viaje sin destino ni tiempo, una metáfora de la vida en la que no sabemos que nos vamos a encontrar en el futuro. Con las sorpresas que supone cada nuevo destino la mente se abre a nuevas culturas y crece. En los viajes no solo nos desplazamos físicamente, sino también mentalmente, podríamos incluso decir espiritualmente. No solo se visitan lugares y se conoce gente, sino que uno puede llegar a conocerse mejor a si mismo. Quizás, la convivencia más difícil sea con uno mismo y como se observa en el documental esto sucede con frecuencia en este tipo de aventuras.

Como forma de vida es utópica e inalcanzable para la mayoría de los mortales puesto que siempre hay ataduras que impiden que despleguemos las alas. Mochilas impuestas o que nos creamos y que llevamos a cuestas como parte de nosotros mismos.

Agustín olvidó su reloj, al menos durante un largo periodo, y opto por dejarse llevar. Viendo el documental pensé en aquel proverbio africano que dice: “Todos los blancos tienen reloj, pero no tienen tiempo”.

En la entrega de premios no estuvo presente porque estaba inmerso en su nuevo proyecto por Africa. ¿Quién dice que Agustín no podría acabar siendo el próximo Frank de la Jungla si sigue por estos derroteros?